La tele, o como aumentar la exposición al inglés.

No estoy haciendo ningún descubrimiento cuando digo que la manera más rápida para adquirir cualquier idioma es tener la máxima exposición al mismo posible. Es el principio básico de adquisición de la lengua materna: estamos bombardeados por la misma desde nuestro nacimiento. La exposición oral (escucha o listening en inglés) da paso a la producción oral (habla – speaking), del mismo modo que la exposición escrita (lectura – reading) precede a la producción escrita (escritura – writing).

Televisión como ayuda a la revernacularización.

Tampoco es nada nuevo que la televisión es un medio excepcional para aumentar de manera exponencial la exposición a la lengua, sea ésta cual sea. De hecho, en la década de los 80, todas las Comunidades Autónomas con lengua propia y minorizada crearon sus propias cadenas de televisión.  Euskal Telebista (1982), TV3 (1983), Televisión de Galicia TVG (1985), o la extinta y en proceso de restitución Canal 9 (1989). De este modo, los gobiernos autonómicos se aseguraban un espacio en el que difundir su lengua y, además, que esta exposición mantuviese unos estándares de normalización y calidad.

Un paso muy importante en el proceso de recuperación de una lengua era, también, hacer partícipe del mismo a los miembros más jóvenes de la sociedad. Al fin y al cabo, son ellos los que van a continuar, o no, siendo usuarios de dichas lenguas. Por ello, con las limitaciones de la época (sólo una o dos cadenas en vez de las 15 o 20 que a día de hoy tienen grupos como Prisa o Atresmedia) todas las cadenas autonómicas ofrecían programación infantil. Yo mismo he pasado centenares de horas viendo “Bola de drac” en TV3, primero, y en Canal 9, después.

Televisión para aumentar la exposición al inglés.

Siguiendo este mismo principio y, teniendo en cuenta que todas las cadenas emiten, a día de hoy, en dual. Podríamos aprovechar para que nuestr@s hij@s tuviesen más exposición al inglés. Aquellos que me conocéis sabéis que a mis hijos les hablo en inglés. A priori, debería ser exposición suficiente para que fuesen bilingües. Pero desde que les obligo a ver la tele en versión original su exposición al inglés se ha incrementado notablemente y, por tanto, ha mejorado también su capacidad para entender distintos acentos, su capacidad de inferir significado del contexto, su capacidad para discriminar información principal y secundaria, etc.

Dificultades.

Ya sé que es más fácil decirlo que hacerlo. Como primer impedimento nos encontramos la resistencia de nuestros propios hijos. Llevan mucho tiempo viendo la tele en castellano.  Les resulta, aún a día de hoy, más fácil y cómodo verla en su lengua materna. Además la configuración inicial de nuestros aparatos no nos ayuda en nada. En mi caso mi Samsung se vuelve al castellano con tan solo cambiar el canal o apagándola y encendiéndola. Y, encima, los mandos de la tele ofrecen rápido acceso a que puedan cambiar el idioma. De modo que en dos o tres pulsaciones pueden cambiar de la versión original al castellano.

Para poner fin a estas dificultades hemos de hacer dos cosas:

  1. Configurar nuestra TV para que tanto el idioma principal como el secundario sea el inglés. Para ello hay que navegar por los menús de configuración. Son diferentes en cada aparato, pero hasta ahora he encontrado la manera de hacerlo en todas las que lo he intentado.
  2. Hacer desaparecer del alcance de nuestros hijos el mando original y cambiarlo por un mando universal que solo permita subir y bajar el volumen y cambiar el canal.

Podemos, de este modo, convertir a la tan temida caja tonta en, al menos, un medio con el que aumentar la exposición al inglés de nuestros pequeños. ¿Lo vais a intentar? Yo ya lo he hecho y no puedo estar más satisfecho.

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